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lunes, 27 de agosto de 2007

Yurena...


Hoy debía ser el día en que cumplieras 27 años y, sin embargo, solo faltan dos para que se cumplan nueve meses desde que no estás entre nosotros. Hoy no puedo felicitarte, pero me gustaría decirte que aquí nadie te olvida, que yo no te olvido.


Enlaces Relacionados: Hasta siempre...

lunes, 13 de agosto de 2007

Otra de Quintín Cabrera


INFORME PROVISIONAL

Desde niño me dan miedo las iglesias.
Desde siempre no me gustan las sotanas,
los porteros, las medallas, los galones,
la prensa rosa y los viajes del Papa.
Confieso odiar la pompa y el boato,
sin señalar, para que no se enojen.
Los himnos triunfalistas me dan náuseas
y todo lo que sean uniformes.

El servilismo de algunos dependientes
nunca lo soportó este ciudadano,
igual que al prepotente porque manda,
al Cubalibre y al tufo de butano.

Me asusta la “libertad dentro de un orden”
(el cascabel al gato ¿quién lo pone?)
porque son los que inventan las fronteras
los mismo que expiden pasaportes.

los que todo lo saben me exasperan
y los que dan de comer a las palomas
(aunque veo muy bien que éstas defequen
sobre los gloriosos bronces de la historia).

Siempre me han repelido los valores
de la jerarquía super jerarquizada
de los que se transforman en jerarcas
jerarquizando todo aquello que inventaran.

No aguanto a los chistosos por decreto,
a testas coronadas ni a chorizos.
No soporto a los “brokers” ni a las madres
de todos los que son niño-prodigio.

Azás sensible soy en mi cabreo
con los enterradores de la lucha de clases
que comen en la mano del que manda
justificándolos para justificarse.

No me gustan los borrachos, aunque sean
de los que se ponen tiernos y amistosos,
ni a los famosos porque salen en la tele
que salen en la tele porque son famosos.

En el toreo “hincho” por el toro
y por los indios en las de “vaqueros”.
Además, claro está, por los chavales
que odian los galones y los tiroteos.

Subvierto los valores que subyacen
en esta subcultura tan subdesarrollada.
En acabando en este primer informe
que firmo al pie de la fecha indicada:

a tantos y tantos del presente año
le sirve a usted, aunque no sirva a Dios
el ciudadano que todo esto suscribe:
Quintín Jorge Cabrera Beduchaud.

(Quintín Cabrera)

jueves, 31 de mayo de 2007

Los Reyes son los padres.


Escuchaba la radio anoche y pasaba por los diferentes diales, buscando algún programa que me acompañase en mi insomnio permanente,, cuando escuche una voz familiar, cantando una canción aún más familiar, "Señor Presidente" de Quintín Cabrera.
Quintin es un cantautor uruguayo, fuertemente ligado a numerosas causas sociales, lejos de los circuitos comerciales que se empeñan en hacer de la música un producto más del mercado y al que desde muy chico, he tenido la suerte de conocer personalmente.
Mientras escuchaba "Señor Presidente" me vino a la cabeza la primera canción que escuché de él, antes incluso de conocerlo. Fue en mi antigua casa, yo estaba tirado en el suelo de desgastado parqué del salón, mientras mi madre ordenaba las viejas cintas de cassette en un viejo mueble negro. Ella la encontró y me la puso, recuerdo que fue pocos días después de que mis padres me contaran que los Reyes eran los padres, tendría tan solo unos nueve años, y a partir de ese momento no paré de escucharla una y otra vez. Es impresionante como una canción puede ligarte a un recuerdo.
Si tuviera que hacer una banda sonora de mi vida, esta canción estaría, sin duda, entre las indiscutibles, por como marcó mi infancia. Aquí se las pongo, y les recomiendo que no pierdan la oportunidad de escuchar sus canciones, auténticas obras de arte.

Los Reyes son los padres


Vamos a hablar, hijos míos,

ya sabéis que los Reyes son los padres.

Que mataron a los indios por ser buenos

los vaqueros, machistas y cobardes.

Queremos que sepáis que el amor,
como todo lo hermoso, no es pecado.
Que Popeye se alimenta de espinacas
pero también de carne y de pescado.

Que es agente de la CIA el Ratón Mickey
y más que nada, Tarzán, es un racista.
Supermán es asexuado y gilipollas
y todos ellos son anticomunistas.

Que los niños no vienen de París
-y mucho menos de adentro de un repollo-
que los tigres de papel son cuentos chinos:
jamás el Coco se ha comido un rosco.

También el negro es un color hermoso
y no todo lo blanco es trigo limpio.
Quienes manejan las tonalidades
son miserables que se han hecho muy ricos.

Que el Oro de Moscú y el cuarto oscuro,
la cigüeña, la bruja y los angelitos,
son mentiras terroristas de los grandes
para tener engañados a los chicos.

Que ser virgen tampoco es una hazaña:
no hay diferencia entre falda y pantalones.
Para tirar adelante en esta vida
da lo mismo ovarios que cojones.

Acabamos, por hoy, con este rollo.
Hacéis bien si estáis tomando nota,
pero cuidado, que hay que tener presente,
que los padres, como todos, se equivocan.

Quintín Cabrera

jueves, 15 de marzo de 2007

Hasta siempre...


































Ayer viendo el blog de Álvaro me paré un segundo a releer su post sobre Yurena y no pude evitar q se me encogiera el alma. Recordar la dureza de los días posteriores a su marcha todavía se me hace muy cuesta arriba. para muchos de los que allí estábamos fue con diferencia el trago más amargo al que nos habíamos enfrentado. Perder un ser querido siempre es muy doloroso, pero quizás en este caso mucho más, perder a una amiga así, ver el sufrimiento de su familia, ver el inmenso dolor de la gente con la que casi has crecido y ver a un amigo enfrentarse a la muerte de su novia es algo para lo que muchos no estábamos preparados. Casi cuatro meses después de la tragedia no puedo evitar sentir cierta emoción al recordar la cantidad de gente que se acercó a velarla. En momentos de tanto dolor, las fuerzas nos flaqueaban cuando iban llegando amigos al tanatorio, cada uno que llegaba era un recuerdo más al que enfrentarnos, reprimir las lágrimas era imposible. Fueron días muy duros, quizás los más duros. Hoy viendo el blog de Álvaro me he decidido a recuperar un post que escribí los días posteriores a su marcha. Tal vez no sirva de nada, pero este es mi pequeño homenaje a una de las niñas más maravillosas que he conocido.
"Cuando era solo un niño, solía proclamar mi ateísmo a los cuatro vientos. Algunos creyentes me decían entonces, q creer, en que hay algo más allá de la muerte, reconfortaba y hacía afrontarla con menos miedo, q era un consuelo pensar q cuando uno muere hay algo más... yo no les creí y sigo sin creerles.
Lo q nadie me explicó entonces, es que el miedo a la muerte propia es insignificante en comparación al dolor q produce saber q no voy a volver a verte. Hoy me gustaría creer en algo y pensar q algún día, en algún lugar, volveré a hablar contigo, volveremos a irnos de marcha o de viaje, volveremos a encontrarnos en un asadero, volveré a verte besar a Álvaro o q volverás a llamarme ¡Demonio! con una sonrisa preciosa cada vez q te gaste una broma. Pero Yure no creo. Y solo me queda el dolor de saber q eso no va a pasar, la impotencia de no poder hacer nada para remediarlo y la sensación de no haberme podido despedir en condiciones.
Hoy me quedo con todos esos recuerdos, con tu sonrisa, con tu alegría... pero siento q sin ti, siempre nos faltará algo.

Hasta siempre Yurena, hasta siempre Demonio..."
 
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